Sobre el arte y la sociedad
Por Adolfo Sánchez Vázquez Cada sociedad tiene, en cierto sentido, el arte que se merece: a) en cuanto que es el que favorece o tolera; b) en cuanto que los artistas, miembros de dicha sociedad, crean de acuerdo con el tipo peculiar de relaciones que mantienen con ella. Ello quiere decir que arte y sociedad, lejos de hallarse en una relación mutua de exterioridad o indiferencia, se buscan o rehuyen, se encuentran o separan, pero jamás pueden volverse por completo de espaldas. Quienes ven en el arte una esfera plenamente gratuita o lúdica; quienes piensan asimismo que es el despliegue de la más radical individualidad o, finalmente, la esfera absolutamente autónoma que escapa a toda condicionalidad, tenderán a negar o, al menos, a reducir la importancia de las relaciones entre el arte y la sociedad. Ahora bien, el arte puede tener un valor en si o intrínseco sin que ello implique su gratuidad; puede ser, a su vez, expresión de la individualidad real, concreta, no de la individualidad abs