El Podemismo y el género humano

 

Por Miguel de Tarso

 

Recientemente se suscitó un ardiente debate en las redes sociales, y siendo yo de opinión clara al respecto, respondí como mi conciencia me dió a entender, de manera somera en lo que el formato de las redes sociales tolera. 

Este fue el asunto: “Podemos vindica la ‘autodeterminación’ del género”. Bien, yo, que como mucho alcanzo a ser, como diría el padre de mi patria, ‘aspirante a comunista’ me limito a analizar y discernir las cuestiones mediante la medida del socialismo científico, y tengo por seguro gracias a él dos cosas: Que el derecho a la autodeterminación concierne a las naciones; y que no puedo separarme un ápice de lo que la ciencia determina en todos los asuntos del mundo. 

Para analizar el asunto con rigor empecemos con la historia y el enfoque del socialismo: 

El socialismo científico, como doctrina científica que es, siempre abordó y aborda la cuestión de la mujer de una manera dialéctica, o sea, como una parte del todo social, no anulando su particularidad sino entendiendo que la opresión de la mujer tiene una raíz material en el modo de producción social. Al igual que la problemática de la mujer, el socialismo aborda la cuestión de las razas, de la pobreza, de la inmigración, de las personas homosexuales, de las naciones, étc; el socialismo no entiende que éstas sean problemáticas divorciadas la una de la otra, sino que cada una tiene por causa la misma raíz, y así ha sido históricamente. En contra del falso tópico, el socialismo no sólo atiende a los problemas económicos de los proletarios, esto es reduccionista y embustero, su lema, como aspiración, es: “A cada cual según su capacidad y de cada cual según su necesidad”, y así lo ha practicado y lo practica. 

La antigua URSS fue el primer país de la historia donde jurídicamente los varones y las mujeres eran iguales. Todas las mujeres pudieron votar y tener cargos públicos, desde el ejército hasta la administración; el primero en la historia que legalizó el aborto (aunque con excepciones). Legalizó el divorcio, y desarrolló intensos programas sociales de cuidados de niños y de abolición de la prostitución, entre otros; y todo siendo un país semifeudal y atrasado. No sólo esto, sino que fue más allá: el antijudaísmo fue totalmente derogado, las repúblicas de mayoría musulmana tuvieron los mismos derechos y libertades que las de mayoría cristiana; asimismo, ciudadanos de nacionalidades y razas históricamente discriminadas conquistaron los mayores cargos políticos: El georgiano Stalin, el armenio Mikoyán y los judíos Kaganovich y Beria así lo hicieron. 

Del mismo modo se hizo en los antiguos países del Pacto de Varsovia, para ello animo a leer el excelente documento ‘La mujer en la RDA’ de la página Pueblo Soviético. 

En Cuba la mujer ocupa más de la mitad de los escaños de la Asamblea Nacional, superando a cualquier país occidental. 

Entonces ¿Qué ha pasado? ¿Por qué se ha abandonado el socialismo en pro de otras doctrinas? Vayamos al género, que es lo que nos atañe, y hagamos un recorrido histórico. ¿Qué es pues el género? Bien, el género en su sentido semántico no es más que ‘condición’, ‘clase’ o ‘tipo’, de este modo podemos encontrar: ‘ese género de fruta’ o ‘el género humano’. Etimológicamente procede del latín ‘Genus’ que significa ‘linaje’, ‘raza’, ‘especie’ entre otras. Bien pues, el sentido del término es amplio y diverso. 

¿Qué sucede? Enver Hoxha, conocido político socialista albanés, declaró en su famosa obra ‘Imperialismo y Revolución’: “El imperialismo norteamericano movilizó ingentes medios de propaganda, filósofos, economistas, sociólogos, escritores, etc., en la furibunda campaña que desató contra el marxismo-leninismo, contra el comunismo, contra la Unión Soviética y contra los demás países socialistas de Europa y Asia. Simultáneamente, puso en práctica una política agresiva declarada. La fiebre de la guerra, de la militarización y del anticomunismo invadió todos los terrenos de la vida, la economía, la política, la ideología, el ejército, la ciencia, en los Estados Unidos de América [...] El otro camino fue el de la agresión ideológica y la subversión en contra de los estados socialistas y los partidos comunistas y obreros, el de los esfuerzos encaminados a conseguir la degeneración burguesa de estos estados y de estos partidos. En este sentido el imperialismo norteamericano y todo el capital mundial utilizaron poderosos medios de propaganda y diversión ideológica”. 

En este contexto, de furibunda guerra doctrinal, en los años 70 surgió en los Estados Unidos de América, el movimiento feminista y con él un nuevo planteamiento que hasta ese momento no se conocía; a saber, que el sexo, - esto es la condición biológica de cualquier especie animal desarrollada, distinción objetiva en todos los mamíferos, clase a la que pertenece el hombre, y que puede ser la de macho o hembra en función de los diferentes carácteres y miembros carnales que se manifiestan en el cuerpo de manera empírica -, está divorciado del ‘género’, que vendría a ser el carácter social o cultural del individuo. Según esta doctrina, el género (varón o mujer) se imputa al individuo por derecho consuetudinario independientemente del sexo que este tenga (macho o hembra). De este modo tenemos que el ‘género’ mujer se imputa a la hembra, y el varón se imputa al macho. Es decir, el género es un constructo cutural impuesto y no es una consecuencia natural del sexo del individuo. Aunque, bien es cierto, que el carácter cultural de los varones y las mujeres cambia según la sociedad y la época histórica, no tenemos comprobado de manera científica que el género exista, es decir, que el papel social de los varones y las mujeres sea algo separado del sexo. Hay mucho desconocimiento al respecto, y caminamos en la especulación. 

¿Pero cuándo se produjo esta imputación según el feminismo hegemónico? ¿Por qué el hombre decidió imputar a las hembras un papel y a los varones otro? Todo se remonta a la primera división social del trabajo que hubo en la historia de la humanidad y que permitió el desarrollo de las fuerzas productivas por primera vez: La división sexual del trabajo. A partir de ella, los varones saldrían a cazar y recolectar, y las mujeres quedarían en la cueva pariendo y cuidando. Éste fue el pecado original que según esta doctrina, originó el patriarcado y el machismo. 

Sin embargo, la división sexual del trabajo no se produjo por una decisión arbitraria de los varones para recluir tiránicamente a las mujeres, se produjo por motivos naturales y fisiológicos. El varón era capaz de salir a cazar y recolectar todos los días pues no le frenaba ningún embarazo ni ningún parto, y del mismo modo, las mujeres se dedicaron a los trabajos de cuidado pues eran los que estaban a su alcance en sus condiciones de maternidad; eran complementarios el varón y la mujer pero no jerárquicos. 

Ninguna división social del trabajo (hasta la sociedad de clases) fue una imposición arbitraria de unos sobre otros; los ganaderos no impusieron su dominio sobre los agricultores, ni los que se dedicaron al metal sobre el resto. La única fase histórica donde se produce la opresión a las mujeres es cuando existe un yugo jurídico e institucionalizado que descansaba en la violencia estatal (de otro modo no podemos hablar de opresión) donde la mujer pasa a ser un instrumento mediante el matrimonio y el estado; al mismo tiempo que nacen las clases sociales y la esclavitud, con el nacimiento de la propiedad privada de los medios de producción.

 Por lo que tenemos que, según el feminismo hegemónico burgués, el género es una imputación artificial que hicieron los varones sobre las mujeres para dominarlas, y, al ser la primera jerarquía impuesta si se disolviere, se disolverían todas las demás, por lo que la contradicción principal deja de ser la estipulada por el leninismo: -Soberanía de los pueblos oprimidos vs imperialismo-, para ser la contradicción -mujer vs varón-. La revolución consistiría en hacer que las mujeres ostentaran más cargos públicos de manera impositiva, no por sus propios méritos, que es por ejemplo la famosa política psoísta de ‘Cuotas’. 

De este modo, el socialismo científico queda desacreditado al no cumplir con las necesidades de las mujeres, y no sólo ésto sino que ahonda en la división subjetiva de la clase obrera al concebir que los responsables de la discriminación de las mujeres son los varones; tampoco resuelve la situación de la mujer porque no aborda la raíz material del machismo, y el resultado es que el capitalismo queda ileso y con su rival disgregado. Cumplió la misión que se le encomendó. 

Desde entonces el divorcio y la guerra en Occidente entre el socialismo y el feminismo histórico ha quedado vigente, pero quedó abierta una peligrosa puerta: El posmodernismo, que preconiza que no hay razones materiales y productivas que justifiquen las discriminaciones y explotaciones, sino que sólo basta la mera voluntad y deseo de un colectivo para establecer su dominación; si el género es algo artificial ¿Qué no puede serlo?

 Y al seguir recorriendo el pasillo al que conduce esta puerta llegamos al Siglo XXI, inaugurándose en las universidades anglosajonas doctrinas como la CRT (Critical Race Theory- Teoría crítica de la raza), el mismo prisma enfocado en la raza; y el Transfeminismo. ¿Qué es el Transfeminismo? El transfeminismo estipula que lo artificial no es el género, sino el mismo sexo biológico, negando su existencia; es decir, para esta doctrina no existe ningún criterio biológico que diferencie a la mujer del varón por lo que la diferenciación ‘binaria’ del hombre (macho y hembra) es algo imputado y artificial. ¿Cómo se aborda? Pues del mismo modo que el feminismo anterior, disolviendo este ‘binarismo’ por decreto, pues si fue la voluntad la que estableció el género y el sexo, basta la voluntad para desmontarlos. 

Este planteamiento acarrea propuestas legislativas absolutamente demenciales y ponen en grave riesgo la seguridad de las mujeres, esto ha provocado un terremoto en el seno del feminismo, dividiéndose entre el ‘RadFem’ (Radical feminism), que sería el feminismo de los años 70, y el Transfeminismo o Queer, todo términos anglosajones, lo cual nos da una ligera pista de dónde vienen estas ideas… Tenemos un Psoe que capitalizó desde los años 80 el feminismo histórico y unas Universidades españolas donde avanza el transfeminismo con su repercusión en las redes sociales (la imprenta de hoy). 

Este conflicto se traslada al conflicto parlamentario, con un Psoe y un Podemos (el cual arrastra a IU-PCE) absolutamente instalados en el electoralismo y oportunismo políticos, donde la fuerza política de la clase obrera no reside en las masas sino en los escaños, por lo que lo necesario es tener los máximos escaños posibles sean cuáles sean los medios precisos... Esto es un disparate, por muchos y varios motivos, pero no nos detengamos en eso. Para estas formaciones, la política funciona como un mercado (como entiende la burguesía el mundo y como lo enseña la academia anglosajona), donde los partidos funcionan como marcas electorales que producen un producto (relato) para ser consumido por los ‘targets’ (objetivos - nichos electorales), por lo que el producto ha de ser del gusto del consumidor. Del mismo modo que BMW hace coches, ellos hacen política. 

Muchos nichos electorales están copados, el Vox y PP copan los sectores más reaccionarios y tradicionalistas; Ciudadanos intenta ubicarse en el centro del espectro político, pero Psoe y Up pugnan por unos mismos nichos de la ‘Izquierda’, y uno vital es el feminismo; ya UP intentó atraparlo cambiando su nombre a ‘Unidas’ tras la masiva protesta por el 8 m, e intentó también dirigirse al electorado monárquico al reivindicar como ‘de todos los españoles’ la rojigualda, tras la manifestación automovilística del Vox en toda España, donde lucieron muchas rojigualdas; aquello fue en un desprecio total y absoluto a su electorado fiel: el republicanismo; pero el oportunismo no comprende que es la lealtad ni la vergüenza. 

Sin embargo, el feminismo (RadFem) ya está copado histórica y tradicionalmente por el Psoe, como mencionamos, y ante la amenaza del Vox, éste ha optado por el ‘voto útil’, por lo que el ‘relato’ feminista no les es lo suficientemente productivo en términos electorales para UP ¿Solución? Vendemos un producto a unos potenciales consumidores que no tienen proveedor: El Transfeminismo. Así como los exploradores buscaban El Dorado, ellos buscan los votos, yendo de un lado para otro, explorando todos los nichos. 

Es por ello que tenemos los nombramientos de Beatriz Gimeno en el Ministerio de Igualdad de Montero; y de lo que trató en principio esta exposición, el titular de Noelia Vera: “La autodeterminación de género es un derecho, legislaremos para eso”. 

¿Cuándo regresaremos a la sana doctrina? ¿Cuándo regresaremos a la teoría y praxis política del proletariado, el socialismo científico? Regresemos cuanto antes, no sea que nos ahoguemos del todo en el cieno.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobre el arte y la sociedad

La consigna de los Estados Unidos de Europa