Por qué el proletariado británico necesita un Brexit

Boris Johnson, el actual primer ministro británico, sonriendo delante de la bandera Pabellón de la Unión 'Union Jack', la cual contiene superpuestas todas las banderas de los reinos, en principio, constitutivas del régimen monárquico, salvo Gales: Inglaterra, Irlanda del Norte y Escocia.
  •  Introducción de Boletín:
Hemos traducido para nuestro público, del inglés al castellano, un artículo publicado por el Partido Comunista británico (Marxista-Leninista), donde explican los motivos de sus posiciones acerca del Brexit. El escrito es publicado el primero de abril de 2016, o sea, en plena campaña por el referendo. En la redacción se nos aclara la naturaleza depredadora mundial de la Unión Europea, y que al proletariado sólo puede interesarle el debilitamiento de su enemigo de clase, en cualquiera de sus formas, por lo que la oposición a la UE es la dirección política que ha de tomar el proletariado de cada estado miembro.

La exposición concisa de lo que supone la UE para los estados miembros, para nuestra clase obrera y para las naciones oprimidas por el imperialismo, se contrapone a todo el argumentario que esgrime determinada izquierda de disculpa y tolerancia a este ente, y a las injurias que arroja contra los partidarios del Brexit. Sea cual sea su ideología (reaccionaria, chovinista, étc), los pro-Brexit están debilitando al enemigo del proletariado, en los hechos, más que ningún otro 'progresista' pro-UE. Lo que demuestra el carácter de clase y la condición política de los sectores pro-UE de izquierda: El de la aristocracia obrera y el oportunismo. Ni mucho menos es creíble el amparo en un falso internacionalismo, que es en verdad cosmopolitismo, nociones totalmente antagónicas; la UE no es producto de la unión fraterna entre democracias populares, sino de la conveniencia en la organización y defensa de las diferentes burguesías monopolistas, en detrimento de la soberanía de cada estado miembro.

El peligro que supone el brexit para el imperialismo occidental es tan grande, como acá se demuestra, que explica la incapacidad que ha tenido el estado británico para efectuar un mandato popular, con una desobedencia parlamentaria al sugragio universal que decidió vía referendo. Por ello son hoy, Boris Johnson y los euroescépticos, el objeto de las calumnias e improperios de todo género.

"La lucha del emir de Afganistán por la independencia de su país es una lucha objetivamente revolucionaria, a pesar de las ideas monárquicas del emir y de sus partidarios, porque esa lucha debilita al imperialismo, lo descompone, lo socava. En cambio, la lucha de demócratas y "socialistas", de "revolucionarios" y republicanos tan "radicales" como Kerenski y Tsereteli, Renaudel y Scheidemann, Chernov y Dan, Henderson y Clynes durante la guerra imperialista era una lucha reaccionaria, porque el resultado que se obtuvo con ello fue pintar de color de rosa, fortalecer y dar la victoria al imperialismo". (Los fundamentos del leninismo, José Stalin)


  • Traducción:

El dejar la Unión Europea debilitaría sin duda la capacidad que tienen los imperialistas británicos, europeos y norteamericanos, de dominar el globo.

“Desde el punto de vista de las condiciones económicas del imperialismo, esto es, la exportación de capital y el reparto del mundo por las ‘avanzadas’ y ‘civilizadas’ potencias coloniales, unos Estados Unidos de Europa, bajo el capitalismo, es imposible o reaccionario… 

Por supuesto, los acuerdos temporales son posibles entre capitalistas y entre estados. En este sentido, unos Estados Unidos de Europa es posible como un acuerdo entre los capitalistas europeos… ¿Pero con qué fin? Sólo con el objetivo de aplastar conjuntamente el socialismo en Europa… Sobre la base económica presente, esto es, bajo el capitalismo, unos Estados Unidos europeo significaría la organización de la reacción”.
(Sobre el lema por unos Estados Unidos de Europa por Vladimiro Lenin, 23 de Agosto de 1915).

Aunque las especificidades de la situación han cambiado considerablemente desde que Lenin escribiera las palabras de encima hace más de una centuria, la esencia permanece siendo la misma. Una unión de estados imperialistas sólo puede ser una entidad reaccionaria. Y no puede durar.
Para aquellos de nosotros que disfrutamos interactuando con gente de otros países distintos al nuestro, enriqueciéndonos al conocer otras culturas, y quienes empatizamos con obreros de otros países; se opone de manera extrema a la intuición el estar en contra de la Unión Europea, la cual parece un medio que facilita la comunicación a través de las fronteras internacionales y acerca a trabajadores de todas las naciones.

Empero, aunque la Unión Europea, sin duda tiene aspectos beneficiosos, sigue siendo en esencia una envoltura imperialista, diseñada para dotar a las burguesías de varios países imperialistas de la suficiente fuert, financiera y militarmente, para salvaguardar 1) sus posiciones imperialistas contra otras potencias imperialistas rivales; 2) contra las naciones oprimidas que explotan, y 3) contra los proletarios de sus propios países.

Desde luego, en la oposición a la Unión Europea, los socialistas nos encontramos con una compañía nauseabunda; desde sectores anti-inmigración, xenofóbicos e islamofóbicos, hasta anglo-reduccionistas* (del inglés ‘Little Englanders’, que viene a ser ‘chovinistas nacionales’, recelosos del influjo cultural, étnico, étc de otras naciones) que añoran los días en los que Britania dominaba los mares a sus anchas. Los anglo-reduccionistas imaginan que es posible de alguna manera que aquella gloria, si es que puede decirse así (no todo el mundo comulgará con esto), sea traída de vuelta bajo el liderazgo de un partido político derechista.

También los hay miserables que no quieren pagar el precio de la membresía, el cual, según ellos, priva de las ventajas significativas que tiene el imperialismo británico al formar parte de la UE: todo lo que ven es lo que cuesta una política agrícola común; lo que cuesta mantener a flote a aquellos que han sido arruinados financieramente por las obras del aparato capitalista, lo que cuesta proveer a la clase trabajadora con unas mínimamente aceptables condiciones de vida y trabajo, y todo así.

Un exponente típico de esta ruin mentalidad es el escrito del “emprendedor” (capitalista) Lucas Johnson en Los Sucesos del Domingo [‘The Sunday Times’]: “Europa tiene el siete por ciento de la población mundial y el veinticinco por ciento de su PIB, pero invierte la mitad de todo el gasto social. Esto es insostenible en un mundo competitivo”. (Los espíritus animalescos: si crees en el control de tu destino, vota por Brexit, 6 de marzo de 2016).

Bien, aunque el señor Johnson no se haya enterado, la inmensa mayoría de aquellos que se benefician del gasto social no disfrutan de grandes lujos en sus vidas, y quitarles alguna parte de esos beneficios es completamente ‘insostenible’ desde su punto de vista. Es cierto que los capitalistas regularmente necesitan reducir los niveles de vida de los trabajadores por debajo de lo que es ‘sostenible’ si sus empresas así lo requieren para sobrevivir.

Incidentalmente, aunque por varios motivos la Unión Europea introdujo determinados derechos laborales que en muchos de sus países miembros no existían, esto difícilmente puede justificar la línea tomada por la secretaria general del Congreso de la Unión de Oficios [‘Trade Union Congress’] Francisca O’Grady:

“Es la Unión Europea la que garantiza a los trabajadores sus salarios y sus vacaciones pagadas, las bajas por paternidad, el igual trato para los temporales, y mucho, mucho más…

“Una sucesión de los directivos de la Unión Europea ha traído progreso a los derechos laborales e igualdad a Bretaña -  a menudo con más profundidad y más rapidez de lo que estuvo dispuesto cualquier otro gobierno británico del color que fuera.


“Así que ahora la pregunta es, si abandonamos la Unión Europea ¿Confiaríais en el actual gobierno conservador para respetarlas? Si el bando del Brexit consigue su cometido, el gobierno británico llegaría a decidir cuáles derechos habría que abrogar, o simplemente acabar con todos.


“Sin una red de seguridad jurídica de la Unión Europea, no se aguantarían
(estos derecho) cuando los malos empleadores empezaran a recortar las vacaciones pagadas, forzaran a los trabajadores a hacer más horas con descansos más cortos, e impidieran a las embarazadas tomar tiempo para citas médicas.

“La uniones no tendrían la oportunidad de expandir los derechos laborales mediante la judicatura europea, así como hemos hecho con la igualdad salarial y  la jornada laboral. Y nuestros convenios que se construyeron en estos mínimos legales estarían en riesgo.


“Esto es porque el CUO está advirtiendo a los trabajadores sobre los peligros del Brexit. Los obreros tienen mucho que perder”
. (Un Brexit pondría a los trabajadores en peligro, Estrella Matutina ['Morning Star'], 9 de Marzo 2016).

¿Cree Francisca O’Grady seriamente que la burguesía imperialista de otras naciones europeas es de algún modo más considerada con la clase trabajadora que la burguesía imperialista británica? Ella debería quizás consultar a la clase trabajadora griega, cuyas pensiones y beneficios sociales han sido diezmados, cuyos hospitales no tienen la suficiente medicación, etc. ¡De ese modo es cómo han salvaguardado los derechos de los trabajadores!

Además, independientemente de si Bretaña permanece o no en la UE, los derechos humanos que salvaguarda la UE serán abrogados. ¿Puede alguien dudar que si la burguesía lo considera necesario, varias garantías de los trabajadores serán derogadas, y quizá no sólo lo sea en Bretaña sino en toda la UE? Todo con la excusa de que los recortes son un mandato de Bruselas ¡Claro!

En Bretaña o en otras naciones de la UE, los proletarios sólo serán capaces de salvaguardar sus derechos mediante su lucha por ellos y saliendo victoriosos -  y ellos (el CUO) no tienen esperanza alguna de ganar a menos que cuiden su unidad como a la niña de sus ojos y no caigan en la histeria autodestructiva de la anti-inmigración.

La señora O’Grady no debería depositar sus esperanzas en una envoltura imperialista voraz para salvaguardar los intereses proletarios. Ella debería estar preparando a todas las uniones que conforman el CUO, organización que ella lidera, para luchar tanto dentro como fuera de la ley, y para defender los intereses de sus miembros y de la clase trabajadora en general.

¡Pero entonces, ella esgrimiría, que esa no es su función! Ella está para conciliar a la clase trabajadora con el imperialismo, y lograrlo mediante súplicas al imperialismo para obtener alguna consideración acá y allá para los intereses de los proletarios, no importa cuántas veces se lo nieguen, se limita a cuidar la paz y prometiendo a los votantes de su circunscripción que dichas consideraciones serán para mañana, que sólo hay que esperar pacientemente.

Aunque no es gustoso encontrar en nuestro lado de la barricada, no sólo a gente honesta y progresista, sino también a una caterva de disociados y xenofóbicos maliciosos, es gracioso ver que la burguesía británica ha saltado por los aires con su propio petardo. Promociona la xenofobia como medio para embaucar a las masas y atraerlas en torno a sus intereses (Por ejemplo: guerras contra quienes se resisten a la super-explotación) y como medio para dividir a la clase obrera entre sí. Pero después la xenofobia cobra vida a su manera y busca impedir que su burguesía persiga sus intereses primordiales cuando estos están en la seguridad y cooperación internacional con otras potencias imperialistas.
Acá hay alguna oportunidad de que los votos xenofóbicos sean los que necesitamos para sacar a Bretaña fuera de la UE en el referendo que viene el 23 de Junio este año -  el cual con toda probabilidad resultará en un desastre para el imperialismo británico.

Hasta qué punto llega esto ha sido bien expresado en El Economista ['The Economist']: “Los vínculos de Europa con América llegarían a ser más endebles. Sobre todo, la pérdida de su mayor potencia militar y actor más significativo en política internacional, debilitaría seriamente a la UE en el mundo.

La UE ha llegado a ser cada vez más una parte importante de la política internacional y de seguridad occidental, si es que nos interesa un tratado nuclear con Irán, la amenaza del terrorismo islamista o la imposición de sanciones contra Rusia. Sin Bretaña, sería más duro para la UE decantar la balanza global – una gran pérdida para el Occidente en un barrio en problemas, desde Rusia, pasando por Siria, hasta el norte de África.

“No es extraño que la Rusia de Vladimiro Putin está entusiasmada con el Brexit – y la América de Barac Obama no lo está. Sería miopía de los euroescépticos ser indolente ante esto. Una debilitada Europa sería sin lugar a dudas malo para Bretaña, cuya geografía, no como sus políticas, es firme
”. (El peligro real del Brexit, 27 de Febrero 2016).

En otras palabras, Bretaña fuera de la UE sería menos capaz de acosar a otras naciones, y la capacidad de la UE para hacer lo mismo quedaría mermada considerablemente. El imperialismo norteamericano también quedaría perjudicado por el debilitamiento su aliado UE. Debe ser añadido, que sin la presencia de Bretaña en la UE, la alianza imperialista EEUU-UE llegaría a ser con toda probabilidad un gran acuerdo pero más frágil, lo cual sólo sería bueno para el proletariado y los pueblos oprimidos de todos los lugares.

Naturalmente, si la clase dominante de Bretaña se torna más frágil; si su capacidad para super-explotar el extranjero queda disminuida, intentará sacar beneficios a expensas del proletariado local. La vida puede volverse más difícil para el proletariado británico, por un tiempo. Pero al mismo tiempo, estaremos enfrentándonos a un enemigo de clase debilitado que será algo más fácil de derrocar.

Fuente: Página en la red del Partido Comunista británico (Marxista-Leninista) - https://www.cpgb-ml.org/2016/04/01/news/world/europe/why-british-workers-need-a-brexit/

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